La orquestra del candomblé se compone de tres instrumentos principales:
El tambor (Ilu), el “agogo” y la calabaza
Hay tres especies de tambor: El grande (Rum), el mediano (Runpí) y el pequeño(le.) Los tambores son considerados esenciales para la invocación de los dioses. Los nagos y geges percuten el cuero con los “óghidavis”.
El “agogo” es un instrumento de hierro: dos senos, superpuestos, uno más pequeño que lo otro, que percutido con una vareta igualmente de hierro. El sonido de ese instrumento se destaca notablemente sobre los demás. Cuando tiene apenas un seno, llamase “gã”.
La calabaza es una calabaza común cubierta con una rede de mallas hecha con semientes llamadas cuentas de Santa María. Mientras algunos años, recientemente, en vista de la prohibición policial contra los tambores, la orquestra de los candomblés cuentava principalmente con esas calabazas, otrora llamadas de piano-de-“cuião” o “aguã “.
El jefe del candomblé acrecienta a la orquestra, cuando nago ou gege, el sonido del adjá, uno o dos senos largos que sacudidas al oído de la hija, ayudan a manifestaciones del orixá y cuando angola o congo, el sonido del caxixi, una bolsa de paja tranzada lleno de semientes.
Antes de empezar a bailar, la hija debe reverenciar la orquestra, con la cabeza en tierra. La llegada de un ogo, los tocadores paran la suya música y saludan, con un toque especial, el recen llegado que debe casi abajado pasar la mano en el piso elevarla a la testa, tocando después con los dedos los tambores. Los orixás, manifestados en las hijas, vienen homenajear la orquestra y pasar complacientemente la mano por la cabeza de sus componentes.
Sin el tambor la fiesta pierde 90% de su valor , porque ese instrumento es considerado la manera de que se sirven los humanos para las comunicaciones y para sus invocaciones a los orixás. Es aún como en África, el suyo telégrafo, dando la grata noticia de la fiesta a la gente del candomblé por acaso distante. Es el elemento de animación de la ceremonia ( aún como en África.) Es el único instrumento que realmente es apropiado para saludar los orixás, cuando ya “ bajaran” entre los mortales o para invocarlos, cuando su presencia es necesaria para saludar las ogana para marcar el ritmo, ora monótono, ora decorativo, ora vertiginoso y aparentemente desordenado de las danzas sagradas.
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